Bueno, finalmente ha ocurrido. El mundo se ha vuelto loco. No es que hasta ahora haya estado muy cuerdo, no nos vamos a engañar, pero por lo menos las cosas seguían unos esquemas establecidos. Cierto es, que dichos esquemas no gustaban nada más que a unos pocos, normalmente los que habían establecido los susodichos esquemas. Sin embargo nos hemos hecho a ellos y cada uno aguanta lo que le ha tocado y punto.
Todo este rollo filosófico, viene a que ha ocurrido en mi vida un hecho tan trascendental como increíble, y aunque aún temo despertar un día y descubrir que esto no ha sido más que un sueño. Lo cierto es que mientras eso no ocurra, esta es ahora mi nueva realidad. Mis hijos han sacado (¡¡los dos!!), un notable en matemáticas.