jueves, 23 de septiembre de 2010

Desmontando mitos

   No me suele gustar meterme en camisas de once varas, porque al final una suele salir, como poco, magullada. Pero eso no quiere decir, que no me plantee pequeñas (y a veces enormes) dudas, respecto a ciertos asuntos. Por supuesto, una fuente inagotable de dudas es, sin duda, la Biblia. Y si además, eres atea como yo, te encuentras en algunos momentos, con serias dudas de si el libro en cuestión, no lo habrá escrito de strangis, algún guionista de "Lost",  porque hay cada historia, que clama al cielo, y nunca mejor dicho.
     Pero a lo que viene esto, es que ahora unos científicos, acaban de tirar por tierra lo de Moisés y las aguas del Mar Rojo. Que, ¿por qué?, pues vete tú a saber. Otra cosa al parecer superimportante para investigarla. Pero como somos unos pobres catetos cortos de miras, nunca podremos entenderlo.
   Pues sí, resulta que investigando, investigando, han llegado a la conclusión de que, por lo visto, si durante doce horas, sopla un viento de cien kilómetros por hora, proveniente del este. Es perfectamente factible, que las aguas se dividan  durante suficiente tiempo (unas cuatro horas), para que pasase todo el pueblo hebreo.
    Y se han quedado tan frescos. Siglos de tradición, a freír espárragos, en un pispas. Que no es que yo me lo creyera, ni mucho menos, pero quitarle la ilusión a tantos millones de creyentes, con esa frialdad, pues no me parece bien. Además, como que te joroban los argumentos, porque claro, la razón principal para que no fuera verdad, era la imposibilidad de que el mar se divida. Pero claro, ahora te dicen esto, y te quedas con dos palmos de narices.
   Ahora ya sólo me falta, que me den veracidad a lo de la pureza de la Virgen María. Que no es principalmente por el hecho de su virginidad, por lo que dudo (que también). Pero que me expliquen a mí como se lo contó al marido. "Cariño, que ha venido una paloma y me ha dicho que soy la elegida por Dios. Por cierto, vas a ser papá" . Y se puede suponer que él le diría, "Vaaaya, corazón. Pues. que bien ¿no?. Naaada, no te preocupes. ¿Cómo me voy a tomar a mal, que lleves todo el noviazgo haciéndome la cobra y ahora te hayas quedado embarazada de otro? ¿Por qué me va a importar el qué dirán? Si tú dices que ha sido una paloma, yo te creo...., mi amorrrr". Lo que no cuenta ningún libro, es que durante muchos años, estuvo suspendido el servicio de correos de su pueblo, porque a causa de alguna extraña epidemia, todas las palomas que llegaban hasta allí, aparecían con el cuello retorcido y metidas en un condón.

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