jueves, 16 de septiembre de 2010

Cuando la estupidez supera los límites de la realidad...

   Bueno, no doy crédito. Ya hace bastante tiempo que vengo observando que, cada vez más a menudo, aparecen noticias de experimentos extraños y curiosos, en los que investigadores invierten tiempo y dinero, para averiguar no sé muy bien que clase de estupideces. Yo siempre he pensado que esta gente, además de estar muy aburrida y  no tener nada mejor que hacer, se ve que les sobra la pasta. Porque hacen unos experimentos, que no tienen ni pies ni cabeza. Y digo yo, que si les sobra el dinero, que me lo den a mí que ya verán como lo invierto con más cabeza. Y además, puestos a investigar que investiguen cosas realmente prácticas, como una pastilla que puedas comer lo que te dé la real gana, y luego tomártela y que no se te quede en el cuerpo ni una caloría extra. Eso sí es un invento necesario para la humanidad.
   He encontrado una noticia (aquí se puede ver completa), que habla de un proyecto de planta "tamagochi", que consiste en tener una planta, que va conectada a unos dispositivos, los cuales a su vez van conectados al ordenador y éste al Facebook. Han abierto una página en el Face sobre la planta y, cada vez que alguien pone algo en el muro, o pincha un "Me gusta", le cae agua a la planta.
   Esto, que de por sí ya es una estupidez, lo hacen para ver si, por el hecho de que la planta está en el Face y es conocida, la gente se implica lo suficiente para mantenerla con vida. Pero claro, como siempre suele ocurrir, no han debido contar con este planeta de borregos en el que vivimos. Dónde impera la ley del "culo veo, culo quiero", y naturalmente, a la plantita le han salido mogollón de seguidores que, en su afán por regarla, ya se la han cargado un par de veces por ahogamiento.
   Aunque la pruebecita les ha salido como el culo, al menos eso creo yo, si se trataba de mantener la planta con vida. No puedo dejar de verle el lado práctico al asunto, sobre todo teniendo en cuenta, que las plantas de mi hija han sobrevivido a duras penas, a las vacaciones de verano.
   Y me pregunto varias cosas: evidentemente, si esto lo piensan comercializar para el regado vacacional de tiestos; también me gustaría saber si se le puede sacar otras utilidades, como pueden ser, dar de comer a los peces, al perro, a los niños y, en caso de tenerlo, al marido. Porque en ese caso, sí puede ser una idea revolucionaria, enfocada al mercado femenino, si de este modo, existiese la posibilidad de poder irnos de vacaciones, solas y en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario