miércoles, 22 de septiembre de 2010

Otro paso hacia la locura

        Según  la  Biblia  de todo internauta  que  se  precie,  es  decir, según la Wikipedia:
  La tortura,  es el acto de causar daño físico o psicológico    intencionadamente, vinculado principalmente al dolor físico, que puede o no desembocar en la muerte de la víctima.
   Dentro de las posibles razones para realizar este entretenido arte, están, la consecución de una confesión o información, la venganza o el puro sadismo. O sea, que el susodicho torturador se aburra mucho en su vida y busque emociones fuertes, o su única neurona, a fuerza de golpearse contra las paredes de cráneo, haya muerto de un traumatismo craneoencefálico.
   En cuanto a los métodos de tortura, hay un amplio catálogo de formas de putear (con perdón) al personal, que no tengo muy claro si es peor quien usa estos métodos, o la mente o mentes calenturientas que los inventaron, porque vaya tela con las  ideitas. Desde los simples golpes y laceraciones, a las descargas eléctricas o la castración. Para ampliar esta divertida información podéis ver esta página.
   Sin embargo, hay un método de tortura que, no por poco conocido, es menos terrible. y la persona que lo sufre, cae en un pozo de desesperación, del que es casi imposible salir.
   Me refiero, naturalmente, a cuando tus hijos deciden que han sido dotados con los dones de la armonía, la musicalidad y la voz melodiosa, y se ponen a cantar.
   Para los padres y familiares cercanos, que han pasado por esta terrible experiencia, sé que puede ser muy duro leer este post, porque puede traer a la memoria recuerdos, que ha costado mucho enterrar. Por lo que recomiendo, que sólo sigan leyendo aquellos que no lo hayan vivido, o tengan la suficiente fortaleza de carácter, para poder revivirlo.
   Hoy mis hijos se han puesto a cantar. Lo de cantar lo digo, con ese amor de madre, que otorga una generosidad hacia ellos rayana en la locura. Porque cualquiera que no sea yo,  sería incapaz de describir como cantar, lo que ha ocurrido en mi casa esta tarde.
   Es cierto, que yo me quejo mucho de que  siempre se están peleando. Y esto debe de haber sido algún tipo de castigo divino, porque en las contadas ocasiones en las que no se están tirando los trastos a la cabeza, suelen tener estos momentos de locura transitoria, en los que hacen cosas como "cantar".
   Hoy me han deleitado, con todo el repertorio de canciones, de las cabeceras de todas las series que se emiten en el Clan y en Disney Channel. Lo que implica, "Los magos de Waverly Place", "Johnny Test". "Codigo Lyoko", "Bob Esponja",  etc, etc, etc, etc.
   Después hemos llegado a la madre de todas las series, o sea, "Phineas y Ferb". Pero por todos los Masters del Universo, ¿quién produce esta serie? ¿Torquemada?. En mi vida he visto una serie infantil en la que se canten tantas canciones. Las pelis (por llamarlas algo) de High School Musical o Hanna Montana, ni se le arriman, en cuanto al número de temas musicales. Lo cual, ha dotado a mis hijos de un repertorio interminable, que han entonado, totalmente entusiasmados y a dúo, para aumentar más mi tormento.
   Cuando después de un rato, han llegado finalmente, al sumun de la depravación, empezando a cantar en ¿inglés?. He alcanzado un nivel, en el que no recordaba ni mi propio nombre y me balanceaba hacia adelante y hacia atrás, sentada delante del ordenador.
   Afortunadamente, después de la tempestad, llega la calma. Y como, por suerte o por desgracia, estos momentos de amor fraternal, no suelen darse demasiado entre ellos. Creo que tendré tiempo suficiente para recuperarme un poco, antes de la siguiente actuación de "The Torturers".

3 comentarios:

  1. Cuando quieras te los presto una temporadita, para que te diviertas tú también.

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  2. ¡Pobrecitos, toda su autoestima destruida por su propia madre!

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