Haciendo caso omiso, a las "sutiles" amenazas que he recibido, por parte de varios de mis familiares. Heme de nuevo aquí, para continuar con esta breve descripción de los miembros de mi familia porque, "Los grandes espíritus siempre han tenido que luchar contra la oposición feroz de mentes mediocres" (Einstein).
Para facilitar, en lo posible, ya que no menciono nombres, saber quien es la pareja de cada uno (si la tiene). Voy a intentar, que las entradas referentes a los dos miembros del matrimonio, o más bien arrejuntamiento (que es lo que se estila en esta familia), sean consecutivos.
Por ello, y sin más preámbulos, voy a dedicar esta entrada a mi único cuñado. O sea, el que aguanta a mi hermana y, al que aguanta mi hermana. Mozo éste (ya algo menos mozo), con una locuacidad únicamente comparable a la mía, o la de mi Santa Madre, que también es muda.
Habiendo aportado mi hermana a sus dos enanos a la pareja, mi cuñado, no queriendo ser menos, nos aportó a su txurumbel. Que si bien tendrá todas las cosas insoportables, que corresponden a la época adolescente, en la que se haya plenamente sumergido. Dado que yo no las sufro, y sólo veo su parte buena, las pocas veces en que coincidimos. Sólo puedo decir de él, que es un solete, y me parto de risa con él.
El papá de la criatura, ha adoptado (que no legalmente, pero sí moralmente) a mis sobrinos. Y les trae y les lleva, al cole, al parque, al fútbol, a la pisci...Y ellos, claro, le adoran. Como si fuera su padre, y es posible que incluso más, porque los niños no son tontos, y saben lo que tienen en realidad, y lo que tendrían si él no estuviera.
Y dada la paciencia que ha demostrado al aguantar, no sólo a mi hermana y sobrinos, sino a todo el resto de la familia, que tenemos mucha tela. Y que además, está aprendiendo a cocinar, espero que para deleitarnos estas Navidades. Recordando cierto programa de radio de hace unos años, sólo puedo calificarle como "santo varón, santo varón".
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