jueves, 19 de agosto de 2010

Hoy estoy como el tiempo

    Hoy, haciendo honor al título del blog, no tengo ganas de hacer nada de nada. Se ve que me he solidarizado con el clima, y hoy estoy que no sé si vengo, o si voy.
   Esta mañana ha empezado a llover y, mientras desayunaba con mi hijo en la terraza (con el toldo hasta abajo, para no empaparnos), ha caído algo así como el "diluvio universal", versión trailer para cine.              
Mi hijo, naturalmente, ha aprovechado la coyuntura para exponerme las razones por las que no le  debería llevar a la academia de repaso. Véase, no va a venir ningún niño más, la profesora tampoco va a aparecer, y además hay bastantes posibilidades de que el aula se inunde y no se pueda dar la clase.
    Cuando hemos salido hacia la academia, no caía ni una gota, y claro está, como tengo esta mala leche, innata en mí, no he podido resistirme a decirle, "que le vamos a hacer, si hubiera estado lloviendo como antes, te hubieras librado". Palabras, a las que han seguido la correspondiente mirada de odio reprimido, que casi ha dejado de serlo (reprimido, digo), cuando al volver a casa después de la clase, se ha puesto a llover a cántaros otra vez, y me ha visto la cara de cachondeo.
    A lo que iba, que a mí este tiempo de, ahora lluevo como si me fuera la vida en ello, y ahora mira que pedazo de sol, vámonos a la playa. Me deja hecha fosfatina. Así que, de momento, hoy tampoco he pintado (ya he empezado, pero como voy a tener que dar otra capa, con mis ánimos, esto va para largo). He limpiado lo justito y necesario. He hecho una comida facilita. Aún no me he puesto a repasar el Excel. Y estoy haciendo ganas, a ver si antes de las doce de la noche, soy capaz de ponerme una horita con la Wii Fit. Que ya que esta semana estoy inspirada, no quiero perder el ritmo.
    Pero que puedo yo hacer, si el tiempo está loco.

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