jueves, 11 de agosto de 2011

Recapitulando

    Bueno, pues ya estamos en agosto. La verdad es que el tiempo pasa a una velocidad de pasmo y las circunstancias del día a día, hacen que muchas veces no nos demos ni cuenta. Sin embargo, hay que admitir que no pasa el tiempo igual cuando el nivel de motivación es mínimo, que cuando hay varias cosas del día a día que te hacen ver que las ganas de hacer rodar tu vida, no depende de lo que tu mente limitada había creído hasta ahora, sino que puede haber fuerzas externas que te empiecen a impulsar.
    Una se acostumbra a dejarse llevar por la inercia de la rutina y a verlas venir, sean buenas o malas, sin mucha discusión e intentado impermeabilizarse, por si acaso. De esta manera, es cierto que lo malo te resbala un poco más y no duele tanto, pero el problema es que te insensibilizas también para lo bueno y llega un momento en que te das cuenta de que ya no diferencias lo bueno, de lo malo.

     Afortunadamente, si dejas algún resquicio en el impermeable, cabe la posibilidad que haya algo que te toque y te haga levantar la cabeza para ver lo que pasa a tu alrededor. Y si además lo que te toca es algo lo suficientemente bueno,  como para hacerte ver que, aunque las cosas están jodidas, que lo están y mucho, existe la posibilidad de que haya cambios a mejor. Todavía se puede uno levantar de la poltrona y dejar de mirar como revolotean las moscas alrededor de la boñiga en la que te estás convirtiendo.
    En mi caso ha habido dos circunstancias que me han hecho resucitar, cual personaje de un famoso videoclip de Don Jacko y después de desprenderme de la fetidez del aburrimiento y la desidia, me he dado cuenta de que  si tu vida es una mierda, lo mejor que puedes hacer es pisarla, que trae buena suerte y seguir adelante con lo que te siga ofreciendo el día a día, que seguro que peor, no va a ser.
     Además de la vena revolucionaria que se ha instalado en mí desde el pasado mes de mayo, tal y como os conté en el post anterior y que ha provocado  que "yo" (y pongo el "yo" entrecomillado, por lo extraño de la circunstancia), me interese por la política de esta, nuestra comunidad. Y por comunidad me refiero al país y aledaños, más o menos lejanos.
     La injusticia que vive entre nosotros en forma de leyes, corrupción y carcajeo generalizado de politicuchos varios, a costa de los ciudadanos ha provocado en mi una mala leche generalizada, que no creo que se me vaya a pasar en una buena temporada y que sólo remite, en parte, cuando veo como tanta gente se está movilizando para decir a aquellos que nos ¿gobiernan? y (no) nos representan, que hasta aquí hemos llegado, que esta sociedad se asienta sobre unas bases, que somos lo ciudadanos y que, "si los de abajo nos movemos, los de arriba se caen". Y nos estamos moviendo.
     Ahora sólo falta que se den cuenta, en primer lugar los políticos, lo cual creo que ya está ocurriendo, pues se les ve bastante cabreados y aún más confundidos, ante la perspectiva de perder el chollazo en el que han estado veraneando durante varios años. Los que también se tienen que dar cuenta es el resto de ciudadanos, entre los cuales yo identificaría tres grupos: los que dicen apoyar lo que decimos, pero prefieren no meterse en "líos" y si se saca algo en claro, pues bien. Los que piensan que hacemos esto porque estamos aburridos y tenemos ganas de hacer el tonto o llamar la atención y que no vamos a conseguir nada. Y por último los que están en contra. En este grupo, tengo que sacar dos subgrupos: los que están en contra por convicción, porque piensan que lo que nosotros pedimos les va a perjudicar. Y los que están en contra, porque piensan que nosotros estamos en contra suya. Estos pertenecen a determinadas ideologías, ya sea religiosas o políticas, que piensan que este movimiento pertenece a una ideología política determinada. Esto es muy difícil de hacerlo entender, por lo visto, pero el movimiento 15M se ha declarado desde el principio asindical, apartidista y abierto a personas de toda ideología religiosa. No voy a negar que la mayor parte de las personas involucradas en el movimiento, tienen una ideología más cercana a la izquierda que a otra, pero en gran parte es debido a que mucha gente de derechas, se cierra a intentar ver que lo que pedimos es beneficioso para todos  seas del partido que seas y que aunque tengamos diferentes ideologías, el fin es para un bien común. Tampoco voy a negar que haya gente más radical, de izquierdas, que mete la pata y distorsiona lo que queremos representar. Lo ideal sería unirnos para luchar por defender los derechos que nos están pisoteando, resolver los problemas que hay y después que cada uno se vaya por su lado con sus ideas. Espero que poco a poco, esto se vaya entendiendo, porque cuantos más seamos, será mucho mejor.
   La otra cosa que me ha hecho ver las cosas desde otra perspectiva mucho más favorable que la que tenía hasta ahora, es que por fin he tomado una decisión que llevaba posponiendo mucho tiempo. Me mudo.
    Por fin he tenido que reconocer, primero a mi misma y luego al resto del mundo, que en el sitio en el que llevo viviendo casi diez años, no tengo posibilidades de salir adelante, ya que las opciones laborales son más bien escasas, por no decir inexistentes. Así que, aunque va a ser un follón increíble, traslado todo el txiringuito familiar a otra provincia, con todo lo que eso implica.
   Tengo que organizar una mudanza imposible, porque de momento no voy a tener casa propia (mientras se estabiliza el curro y alquilo o vendo la que estoy pagando), por lo que las cosas no me caben en ningún lado, pero tengo que vaciar la casa. Que aunque llevo varias mudanzas en mi haber, nunca deja de sorprenderme mi capacidad de acumulación de trastos que, tras considerarlos imprescindibles durante años, pierden automáticamente esa calificación en cuanto llega el momento de empaquetarlos.
    Además, tengo que trasladar a mis hijos de colegio e instituto respectivamente. Con mi hija, la del cole, no habrá más problema que intentar que me toque el colegio que yo quiero, que es al que asiste su primo. Pero en el caso de mi hijo la cosa se complica porque, el muy cenutrio (esto no os lo había contado) ha suspendido cuatro asignaturas y, aunque no albergo muchas esperanzas de éxito, vamos a ver si recupera un par de ellas para poder pasar de curso. Con lo cual, hasta que se examine a primeros de septiembre, no sé en que curso debo matricularle, lo que se suma al ya complicado asunto de ver que instituto le acepta.
     Luego están los temas habituales de cambiar la domiciliación de todas las cosas que me tienen que enviar por correo, trasladar los historiales médicos, que parece fácil, pero tal y como me lo explicaron el otro día, estoy pensando aprovechar la visita del Papa para volverme creyente y empezar a poner velas a todos los santos, porque tengo todas las papeletas para que se me pierdan los historiales.
    Y por supuesto lo inicios de curso, con compañeros nuevos y traumas consiguientes. Seguir buscando trabajo, porque aunque algo me ha salido, es bastante esporádico y con poco beneficio, pero tengo algunas cosillas en perspectivas, que es mucho más de lo que he podido decir los tres últimos años. Acostrumbrarnos, los tres, (en mi caso re-acostumbrarme) al ritmo de la gran ciudad, más movidito de lo que  hemos estado teniendo hasta ahora. Y empezar de nuevo, con ilusión y ánimo, algo que había perdido por alguna playa mediterránea y me he vuelto a encontrar en esta urbe, a la que dije que no volvería, pero que  una vez más me ha demostrado la veracidad del dicho "Nunca digas, de este agua no beberé" (y este cura no es mi padre).
   Por cierto, que hay otra cosa que no os he contado. Como tengo poco follón me he dicho, "pues ya metidos en faena....." y he añadido otro trastorno más, a mi ya complicada vida. El trastorno en cuestión se llama Frodo, y es un sinvergüenza de casi tres kilos de peso y cuatro meses de edad. ¡¡¡No os asustéis!!! no he adoptado otro txurumbel, no estoy tan loca. Aunque la nueva adquisición de la familia da sólo un poco menos de guerra de lo que daría un cachorro humano. En este caso, el cachorro es de perro. Es un chucho de pura raza que, cuando crezca, será tamaño gato, o sea, una ridiculez de perro. Pero ya es de la familia y si no he cambiado a mis hijos, con lo que me dan por saco, no le voy a cambiar a él.
    Sólo una cosa más, son más de las doce de la noche, por lo que estamos ya a día 11. Y hoy hace exactamente un año que abrí este blog y escribí mi primer post. La verdad es que no tenía demasiadas esperanzas de seguir aquí después de un año pero, con una carrera un poco irregular, aquí sigo y espero que según me vaya instalando y organizando vaya teniendo mucho que contar y, lo que es más importante, ganas de hacerlo.
   Último apunte y me voy. Que sepáis que la tarta que encabeza este post es light porque, ¡¡¡otra novedad!!!, estoy a dieta (sí, otra vez ¿qué pasa?). Ya he perdido casi 6 kilos y bajando. Así que cuando el verano que viene vaya a esas playas que me han acogido durante estos años, esta vez de vacaciones, me pienso pasear por todos lados en bikini.

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