jueves, 27 de enero de 2011

Nuestros "pobres" diputados

    Nuestros señores diputados se encuentran en este momento al borde del soponcio a causa de la indignación provocada por estos ciudadanos, que somos nosotros, tan faltos de sensibilidad ante su pobre situación laboral y financiera.
    Al parecer,  les resulta totalmente inaudito que no comprendamos el hecho de que por ejercer su cargo durante ocho años, tengan derecho a al 80% de su pensión, entre nueve y once años al 90 90% y si superan los once años en activo, cobren un 100% de la  pensión.
    El hecho de que,  no sólo se nos quiera alargar dos años más la edad de jubilación,  sino que además debamos llevar al menos treinta y cinco años trabajados para cobrar la pensión completa, no parece darles ninguna idea de las causas de nuestro enfado.
    No deja de ser chocante el hecho de que unos señores  que consideran que cualquier españolito de a pie, tiene de sobra para vivir con un salario mínimo de menos de 650 euros, no tengan ningún pudor en cobrar sueldos que, como mínimo, cuadriplican esta cifra.  Con la salvedad de que los demás tenemos que acudir sí o sí, a trabajar todos los días, mientras ellos se pueden permitir otro tipo de actividades, como acudir a debates o entrevistas, remunerados claro, algo que al parecer, según he oído en la radio, se ven obligados a hacer para complementar su penoso sueldo.
    Según ellos, casi nos tenemos que dar con un canto en los dientes porque son de los que menos cobran entre los diputados de las cámaras de otros países europeos.  Lo cual me hace preguntarme dos cosas:
  1.  Si estos señores son, tal y como yo creo, españoles. ¿A qué hacer comparaciones con los sueldos de los diputados europeos?. Mucho más lógico creo yo que sería que los equiparasen al del resto de españoles. Pero no al de esos tan nombrados mileuristas a los que casi nadie conoce, sino a los de ese salario mínimo que han establecido ellos con tanta alegría.
  2.  Y sin tan europeos se consideran, como para ver la necesidad de hacer comparaciones de sus sueldos con los de sus colegas del resto de europa. ¿Por qué no hacemos todos las comparaciones?, porque puestos a comparar, comparemos también los sueldos de los ciudadanos.  Ah no, que eso no toca.
    El colmo de la indignación lo ha alcanzado el señor Duran i Lleida al decir que al parecer lo que los ciudadanos buscamos,  es una cámara de funcionarios y gente pobre, sin propiedades. Y le informo, por si no lo sabe, que funcionarios ya son, y que lo que nosotros queremos no es que sean ellos pobres, es no serlo nosotros y no entendemos que se nos exijan unos recortes de nuestros derechos que no se aplican en sus propias carnes. Y que no sé por qué ellos tienen unos derechos distintos y mejorados a los que tenemos el resto de los españoles. Aquí parece ser que se mide por distinto rasero y lo de que no se están dando cuenta es que que están dejando en la parte de abajo a la mayoría de la gente, que si bien somos sólo simples ciudadanos, también somos los que les hemos puesto donde están y quienes les pueden quitar. Y estoy convencidad de que igual, si se hacen las cosas bien de una puñetera vez y dejamos todos de mirarnos el ombligo, quizás podamos dejar de ser los mismos siempre los que estamos abajo y empezar a ponernos todos al mismo nivel. Que ya está bien.

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