sábado, 2 de octubre de 2010

Vamos de compras

     Bueeeno, pues hoy hemos ido a comprar los famosos ordenadores.  Después de una mañana de niños atacados y madre aún más atacada, porque no se movían para hacer nada, pero han dado por saco todo lo que han podido y un poquito más. "Cuando nos vamos",  "cuando estén las cosas hechas". "Pero es que tardas mucho"......después de esta frase he aprendido a autoplacarme, hacerme una llave de Judo y dejarme inmovilizada, para no asesinarles. Y luego, ya muchísimo más contenida, al estilo de la Pantoja cuando decía eso de "no me vais a grabar más", les he dicho que si querían que acabara pronto para que pudiéramos irnos, igual iba a ser mejor que movieran el  "****" culo, e hicieran ellos también algo. Naturalmente, se han ofendido muchísimo porque, "ellos ya se habían hecho las camas", si así se le puede llamar a lo que hacen.
   Finalmente nos hemos ido. Pero teníamos que pasar primero por el bar de su padre a recoger el cargador de la DS de mi querido genio matemático. La visita, se ha alargado más de la cuenta, como siempre. Porque a mí si me dan conversación, entro en barrena y no sé parar. Además cuando haciendo un gran esfuerzo, he conseguido atarme la lengua y nos íbamos, han aparecido la tía y primos de mis hijos, lo que ha dado lugar a otros diez minutillos de cháchara.
    Después nos hemos ido a hacer la compra, ante la indignada protesta  de Bonnie y Clyde, que han dicho que "¿por qué teníamos que ir a comprar siempre?". A lo que, pacientemente, les he explicado que  si no tuvieran la mala costumbre de comer, y sobre todo, de hacerlo tantas veces al día. Posiblemente, no sería necesario ir a hacer la compra tan a menudo y, esto sólo lo he pensado, tendría yo pasta para comprarme mi propio portátil, pequeños tragaldabas. Y dado que después teníamos que ir a comprar su precioooso ordenador, más les valía cerrar sus preciooosas boquitas.
   Finalmente, después de una compra express, en la que no se me ha permitido mirar nada que no fuera imprescidible para la supervivencia de este fin de  semana, nos hemos ido para la tienda de electrodomésticos, donde íbamos a comprar las maquinitas.
   Una, que es neófita en estas lides de compras informáticas, pero no así, en la adquisición de todo tipo de aparatejos electrónicos, que he ido comprando a lo largo de mi vida de consumidora; llevaba un papel en el que había tomado nota de la investigación realizada ayer de "todo lo que hay que saber para comprar un netbook" (adoro internet). Así que ahí estaba yo, con mi folleto casero, intentando descifrar las etiquetas de los ordenadores y dándome cuenta, de que la información que en ellas aparecía, no era ni una cuarta parte de la que llevaba yo apuntada en mi papel.
   Después de perseguir por toda la tienda (al más puro estilo paparazzi) a varios vendedores, por fin he conseguido que uno me hiciera caso. Este muchacho, ha sido tan amable como fugaz, y al cabo  de un minuto me ha dicho "ahora vuelvo", y ya no le he vuelto a ver el pelo. En su lugar ha aparecido una señorita que tras enterarse de lo que estábamos buscando, y constatar yo, que con mi papelito, estaba muchísimo mejor informada que ella de lo que había que mirar en un ordenador. Hemos conseguido entre las dos, cumplir la misión, ella la de vender y yo la de salir de allí con mis txurumbeles contentos.
   Así que, después de la odisea matutina, hemos cumplido con el plan y nos hemos ido para casa. Mis niños dando botes de alegría, y yo dando gracias al cielo, porque nos hemos llevado los dos últimos ordenadores que les quedaban en oferta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario