sábado, 14 de agosto de 2010

Estoy criando unos monstruos...

   Ayer volvió mi querida hija pequeña de pasar unos días con su padre y abuelos. Me la devolvieron casi amenazando con no llevársela nunca más. La abuela diciendo, "vaya tela con la niña", y el padre, "anda, y vete con tu madre". Y como les dije: "realmente vosotros pensáis que cuando yo me quejo, es por afición ¿verdad?". Y mi ex me decía, "calla, que llevo toda la semana diciéndole a mi madre que ahora te entiendo". Y esto viene a que mi "angelito", se ha ido sola, es decir, sin un hermano con el que pelearse y competir para quedar bien.
  O sea, que entre que se aburría, y que no tenía ningún temor a que alguien dijera que su hermano era más bueno que ella, pues ha hecho lo que hace normalmente, o sea, lo que le sale a ella de las narices. Y éstos que no están acostumbrados a ver a la criaturita en su  salsa, han acabado a los cinco días, como si la hubieran tenido un año. Por lo menos se me habrá quitado la etiqueta de exagerada, cuando hablo de la niña.
   Así que, volvió a los brazos maternos, encantada. Porque nosotras nos matamos, pero nos entendemos, y sabemos lo que hay. Y volvemos a nuestros pulsos de todos los días, para que no me aburra. Y lo que me queda.
   Aunque últimamente, tiene algunos comentarios que me hacen pensar si no me debería buscar un novio militar, guardia civil, o segurata. Vamos cualquiera que vaya armado. Hoy por ejemplo, hablando de las pelis que íbamos a ver este finde, ha mencionado algo acerca de su colección de pelis de Barbie, a lo que he contestado, inocentemente, que "por encima de mi cadáver". Y ella, con una sonrisita me ha contestado, "tranquila mami, eso se puede arreglar, que estamos en la cocina, y aquí hay cuchillos a tutitplén". Y tiene diez años. Tiemblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario