Brrrrrrrrrr....

   La leche, que frío hace. Nos ha llegado el invierno de pronto, totalmente a traición y con la misma mala leche que imagino les deben dar para desayunar en la cafetería de Telemadrid, a algunos de sus periodistas y tertulianos que sólo saben soltar mierda por la boca.
   Pero me voy a callar, porque si me meto en estos jardines es muy posible que acabe a tortas con algún jardinero, de esos que no dejan pisar el césped, pero que luego montan saraos en jardines ajenos.
   A lo que iba. Que resulta que vivía una más feliz que una lombriz con esos dieciséis o dieciocho graditos, que han estado viviendo con nosotros hasta la semana pasada. Cuando de repente, se nos ha caído la cifra de las decenas (que se ha debido matar, porque no ha aparecido en todo el día) y nos hemos quedado como tontos, mirando a los ocho o nueve grados que nos han acompañado hoy y preguntándonos, quien porras les habría invitado a venir.
    Te quejarás, estaréis pensando varios de vosotros, listillos impertinentes, pues sí me quejo. Y me importa un rábano que en vuestro pueblo haga más frío, porque seguro que estaréis bastante más acostumbrados que nosotros, pobre habitantes de la costa mediterránea, a los que nos vendieron eso de que aquí siempre brilla el sol. Y una mierda. Que desde que estoy viviendo aquí, con la excusa del cambio climático, me estoy chupando unos inviernos, que no tienen nada que ver con lo que decían los anuncios. Hombre, que poca seriedad. Cuando una se empadrona en un sitio, deberían darle un contrato con todas las características de la zona y que, por ley, sea obligatorio atenerse a ello o se rescinde el contrato.
    Porque claro, esto del mal tiempo en estas zonas en las que, se supone que "no hace nunca malo", trae consigo varios inconvenientes que no tienen en otros sitios. Por ejemplo, como "aquí nunca llueve", cada vez que cae agua del cielo (tengo entendido que esto tiene un nombre científico, pero ahora mismo no caigo), se nos forme en el pueblo una suerte de río Ebro, con afluentes varios, en el que si uno se lo propone puede ir por todo el pueblo navegando. Porque andando desde luego no se puede. Y por muchas zonas, ni siquiera en coche, porque te arriesgas a convertirte en una versión trailer del Titanic, pero sin Leonardo DiCaprio que te monte una escena subido al parachoques. Como mucho, algún municipal te montará una escena, pero de otro tipo, diciéndote a ver si es que eres idiota y no has visto el charco, tamaño laguna de Ruidera, con olas y todo, que hay en medio de la calle.
     Otra cosita que tiene esto de que aquí "no haga frío nunca", es que las casas tiene unos sistemas de aislamiento bastante parecidos a los de la casa de cierto cerdito, que tuvo un conflicto de intereses con un lobo, que al parecer tenía un par de cositas que contarles a él y a sus dos hermanos pequeños. Las ventanas, aparte de tener unos cristales, que podrían ser usados perfectamente para envolver bocadillos, se ve que el que tomó las medidas de los marcos se había tomado un par de copazos de algo, porque no hay una ventana bien cuadrada en el marco, al menos en mi casa. Las paredes, me recuerdan bastante a las de una maqueta de madera que tuve que hacer en el colegio, y que gracias a esta habilidad manual que me ha sido dada por la naturaleza, conseguí ser, posiblemente, la única persona en la historia de la humanidad, que ha suspendido manuales. O sea, que ya os podréis imaginar como me quedó la maqueta.
      Naturalmente, como "aquí nunca hace frío", las casas no tienen calefacción, ni central ni de extrarradio. Claro que, cosa curiosa, tampoco hay aire acondicionado, algo que se supondría normal, en un sitio en el que hace "siempre tan buen tiempo". Y claro, calentar una casa con paredes de papel de fumar y ventanas de film transparente, a base de radiadores, es harto difícil además de ruinoso.

    Por lo tanto, me quejo y mucho. Porque aunque en vuestros pueblos haga más frío que aquí, cuando llegáis a vuestras casas, las encontráis calentitas y acogedoras, mientras yo tengo que vivir envuelta en un edredón en el sofá, a no ser que me prostituya para pagar la calefacción. Y si salís a la calle, cuando tenéis frío, podéis meteros en un centro comercial, con la calefacción a tope y pasar la tarde allí. Aquí, como "nunca llueve ni hace frío", los muy imbéciles nos han hecho el centro comercial sin techo, y además mojarte y pasmarte de frío, encima arriesgas tu vida, porque si te resbalas con las baldosas mojadas y te abres la cabeza, te puedes morir perfectamente esperando la ambulancia que no llegará nunca porque la carretera está inundada y aunque los bomberos están justo enfrente del centro comercial, no vendrán a salvarte porque estarán rescatando a los de la ambulancia venían a salvarte a ti. Menos mal que aquí, "nunca hace mal tiempo".